24 April 2025

Josep Pons, entrevista con el gran maestro

Peluquero, asesor de imagen, empresario, comunicador, maestro de maestros… hablar de Josep Pons es hablar de uno de los personajes más influyentes del mundo de la Imagen Personal de los últimos 50 años.

Nos encontramos con Josep Pons con motivo del reciente reconocimiento a su fascinante trayectoria en el marco de los Gaudí Beauty Awards, concedidos en la feria Cosmobeauty Barcelona Peluquería, Barbería, Uñas y Maquillaje. Hombre afable y erudito, pero siempre con los pies en el suelo, nos recibe en su prestigiosa Escuela de Imagen Personal de Barcelona con su sempiterna sonrisa y hospitalidad.

Pons empezó como aprendiz a los 13 años (1960) en el salón de su padre y maestro en su población natal, Esplugues de Llobregat. Cumplidos los 26 abrió su propia peluquería y ya en 1983, inicia su actividad docente inaugurando su primer centro de formación profesional. 40 años después, las tres escuelas Josep Pons han formado ya a más de 10.000 estudiantes en el sector de la imagen personal. Su prestigiosa metodología de trabajo fue reconocida por la Conselleria d’Ensenyament de la Generalitat de Catalunya y por el Ministerio de Educación, instituciones con las que ha colaborado como formador de formadores e impulsor y consultor del Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales en Imagen Personal, reconocidos en la LOGSE (Ley Orgánica General del Sistema Educativo).

Cumplirás 75 años en septiembre, ¿cómo afrontas este aniversario tan señalado?
“¡Disfrutando a tope de cada minuto de mi vida! Desde que me levanto hasta que me voy a dormir disfruto muchísimo. Evidentemente, soy humano y tengo las mismas preocupaciones que los demás, sufro los mismos problemas, pero mantengo siempre una actitud positiva ante la vida. Creo que tengo una virtud como es la voluntad que ha estado siempre presente en mi trayectoria. Es la forma de abandonar tu zona cómoda, espantar los fantasmas que nos frenan y afrontar todo aquel reto que se nos presente.”

¡Enhorabuena! Tienes que contarnos la fórmula…
“Soy autodidacta total, leo mucha filosofía y me identifico con los estoicos: soy muy disciplinado, valoro la normalidad –aquello realmente importante–, y como te decía, afronto la vida con una actitud mental positiva y un intento de superación personal constante. Esta es la mayor riqueza, junto con las relaciones humanas auténticas, que podemos tener en la vida: el ser buena gente, el ayudarnos los unos a los otros, el ser positivos… Por otro lado, cuando cometo un error no me vengo abajo. Al contrario, me froto las manos y pienso lo que decía Edison: ¡ya he aprendido una manera de cómo no hacerlo! Ahora me toca investigar, estudiar, aprender de los que saben… O ganas o aprendes, pero siempre avanzas. Somos humanos, cometemos muchos errores y debemos aprender de ellos..”

¿Cuándo descubres cuál es tu misión en esta vida?
“A los 15 años. En aquel momento hice el click y me decidí a convertirme en el mejor peluquero posible. No sabía si iba a conseguirlo, pero quería intentarlo. ¿Cómo? Leyendo, aprendiendo, escuchando, practicando… pero sobre todo, poniéndole mucha voluntad. En ese momento, a los 15 años, fue como si Dios viniera a verme y me hiciera hacer un análisis de mí mismo: tenía algunas virtudes, era líder, disfrutaba haciendo lo que me gustaba… pero me di cuenta de que era una persona demasiado anárquica. Lo que me faltaba era disciplina, estructura, voluntad. Lo vi clarísimo. Y hoy, pasados casi 60 años, puedo decir con toda humildad que he conseguido que esa voluntad que me faltaba, ese espíritu de superación y crecimiento ante cualquier dificultad, hoy es precisamente la virtud más grande que tengo.”

¿Cómo obtiene uno esa voluntad tan ansiada que todo lo puede?
“A través del hábito, de las rutinas… no disfrutando solo con eso que te gusta, sino con aquello que tienes que hacer. Actualmente hay una crisis de valores impresionante, se ha sobreprotegido a las nuevas generaciones y eso ha sido un gran error: se han criado marqueses cuando después tendrán que ponerse el mono de trabajo. ¡A ver cómo se hace entonces! Por eso lo que les digo a mis alumnos, es que si quieren, pueden. Pero tienen que querer: yo mismo era un desastre, no me gustaba la peluquería… pero a fuerza de voluntad he conseguido 10 veces más de lo que había soñado. Nunca me he recreado en el éxito de ser o de tener… ¡al contrario! Cada día empiezo de nuevo, solo sé que no sé nada y que nunca puedo dejar de aprender.”

El éxito es proporcional al esfuerzo invertido.
“¡Tan claro como esto! Yo tengo un lema: ‘Persiste, prosigue, consigue. ¡Querer es poder!’ Y cuando termino alguna de mis charlas, les pido a los alumnos que lo repitan todos a una, para que les quede en la memoria: ‘Persiste, prosigue, consigue. ¡Querer es poder!’ Si no conseguimos estar donde queremos estar es porque no nos hemos esforzado lo suficiente… no nos engañemos, ni busquemos excusas ni culpables externos. En estas mismas charlas les pregunto: ‘En esta profesión, como en todas, hay niveles. Del 1 al 10… ¿dónde queréis estar?’ ¿En el 10? Pues como en el mundo del fútbol, si quieres jugar la Champions, no puedes estar entrenando media horita cada día. Tienes que entrenar mañana y tarde, tienes que esforzarte al máximo, tienes que dar lo mejor de ti. ¡No es ningún secreto!”

¿En qué momento te decidiste a ser formador?
“Vi una oportunidad de abrir mi primera escuela de peluquería como centro homologado en Esplugues de Llobregat. La respuesta fue inmediatamente abrumadora: nos fue muy bien desde el primer momento. Posteriormente abrí una segunda escuela en Esplugues y más adelante abrimos en Barcelona con el perfeccionamiento. Finalmente, creé el concepto de Asesoría de Imagen y tuve la oportunidad de participar en el plan de estudios de la LOGSE junto a Cruz Sánchez, gran amiga y responsable del proyecto educativo.”

¿Cuán importante ha sido el equipo de Josep Pons en tu trayectoria?
“¡Fundamental! Mi equipo comparte una filosofía, una actitud y un gran compromiso conmigo. En Josep Pons tenemos un plan de carreras personalizado: es tan sencillo como ponerte en la piel de tu colaborador. ¿A qué aspiras? Yo te ayudo. Así ha sido con muchos de nuestros colaboradores que han tenido una carrera de éxito. Poder ver que muchas personas que han salido de Josep Pons han logrado cumplir sus sueños es motivo de gran satisfacción para nosotros. Por lo demás, si no te rodeas de un buen equipo, ¡tienes un problema! La peluquería la hacen las personas: trabajadores, con actitud positiva, profesionales que ven que a través de este oficio tienen la posibilidad de tener un gran crecimiento personal y profesional, un reconocimiento y una valoración… pero claro, vuelvo a lo de antes: esto requiere un esfuerzo y un sacrificio. No siempre los que tienen más talento son los que triunfan… no. Al contrario, y no me cansaré de repetirlo: los que triunfan son siempre los más trabajadores, los más constantes, los que más se esfuerzan. ¡Lo fácil no nos hace fuertes!”

Cuéntanos acerca de tu nuevo partnership en formación junto a L’Oréal Productos Profesionales.
“Este partnership es un gran factor de motivación. Yo soy enemigo de la rutina y de la monotonía: ¡necesito estímulos y alicientes para continuar! Por este motivo, junto con L’Oréal, marca con la cual trabajo desde hace más de 50 años, estamos trabajando conjuntamente para aportar a los programas formativos impartidos por nuestra firma una nueva orientación con el objetivo de formar un nuevo perfil de profesional de la peluquería, con una visión 360º de la profesión, que responda a las exigencias del mercado laboral actual. Nuestra misión será ofrecer una formación diferencial, para educar y formar a los profesionales que van a liderar la revolución del sector y crear un nuevo concepto de peluquería acorde a la realidad social, tecnológica y pedagógica.”

¿Cómo gestiona el éxito una persona que lo ha saboreado tan asiduamente como tú?
“Una de las cosas más peligrosas de esta vida es el exceso de confianza: cuando has ganado mucho, has tenido éxito y la gente te alaba, es cuando más humilde tienes que ser. El estoicismo nos lo explica muy bien: ‘Memento mori’, o lo que es lo mismo, ‘recuerda que vas a morir’. Así que ¡cuidado!, cuando más arriba creamos que estamos, más cuidado hay que tener, porque todo se puede venir abajo. Es esta una filosofía muy aplicable al mundo de la formación: sino hay valores, la cosa no funciona.”

¿Y cómo sienta eso de que te concedan un reconocimiento tan importante como un Premio Gaudí Beauty Award?
“¡Fantásticamente! Me hace mucha ilusión este premio porque el jurado está formado por reconocidos profesionales, porque me lo han dado en Barcelona y porque Santi Torras, que es el máximo responsable de este certamen, es una persona a la que admiro y quiero desde hace muchos años. Dicen aquello de que ’nadie es profeta en su tierra’… pero yo gracias a Dios, con toda humildad, este reconocimiento lo agradezco y lo valoro mucho. Pero te repito lo de antes: ‘Memento mori’… premios como este no hacen que me crea más de lo que soy, no cambia nada. No cambia que solo sé que no sé nada y que mañana cambia todo de nuevo, que tengo que estar al día, que tengo que seguir motivando, seguir formándome y formando…”

Un reconocimiento que has querido compartir en el escenario con tu mujer Rosa y tu hija Ayrin.
“Sí, como dije al recibir el premio, Rosa es el 50% de todo lo que ha logrado Josep Pons. El nuestro es un negocio familiar: mi mujer Rosa, mi hija Ayrin y yo llevamos la empresa. Por su parte, Ayrin es una mujer muy preparada, habla idiomas, participa en diversos medios de comunicación y plataformas, y es desde luego la persona ideal para dirigir nuestro centro. El hecho de que tanto ella como yo seamos unos apasionados de la comunicación ha sido algo decisivo en nuestra trayectoria. Cada vez que mi hija o yo damos una charla a los alumnos, buscamos una orientación de ayuda, de motivación, de actitud positiva… hablando siempre de los problemas y las situaciones que se dan en el mundo real. Saber comunicar, saber argumentar, saber valorar el servicio… son conceptos fundamentales en nuestra profesión. En mi caso, se trata de algo que aprendí de forma natural de mi propia madre, que tenía un puesto de venta de pescado y era una persona inteligentísima, gran comunicadora y sabía cómo dirigirse de una forma eficaz a sus clientas.”

Josep, para terminar… ¿la peluquería tiene futuro?
“¡Sí, pero en una dimensión amplia! Por ejemplo, el concepto de peluquería que enseñamos en nuestro centro no es el tradicional. Aquí no le decimos a la clienta: ‘¿Qué se quiere hacer?’ En cambio, le preguntamos: ‘¿Cómo se gustaría ver?’ Y cuando dicen: ‘¡Guapa y joven!’… le respondemos, con un tono humilde y a la vez amable: ‘La felicito, ha venido usted al lugar adecuado.’ (Risas) Le pedimos que se ponga de pie y analizamos su perfil, constitución, proporciones, armonía, estilo, expresión, conocer si extrovertida o introvertida, si se gusta o si no se gusta, si tiene complejos, saber de su entorno, de su trabajo… en eso se basa el concepto de asesoría de imagen. Al final es un poco lo que aprendí de mi madre: ella en el fondo no vendía pescado… vendía bienestar, vendía consejos profesionales, vendía credibilidad. Y eso es precisamente lo que me recalcó siempre: ‘Josep, lo más importante que tienes es tu credibilidad’… ¡Sabias palabras!”

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