24 April 2025

Lo Barber de L’Alguer: la voz que afeita, canta y resiste

En el corazón del casco antiguo de L’Alguer (Alghero), una pequeña ciudad del noroeste de Cerdeña, sigue latiendo una tradición que desafía al tiempo, desde el interior de Lo Barber.

Allí, en L’Alguer, entre muros cargados de historia y aromas a Mediterráneo clásico, se encuentra Lo Barber, la barbería de Àngel Maresca, último exponente de una estirpe casi extinta: los barberos músicos alguereses. A sus 81 años, Maresca sigue empuñando la navaja y la guitarra con la misma pasión con la que un trovador antiguo entonaba versos a su tierra.

Y es que ser barbero en L’Alguer no era solo un oficio: se trataba de una forma de vida, un canal de expresión artística y una misión cultural. Esta peculiar simbiosis entre peluquería y música se remonta a finales del siglo XIX, cuando los barberos de la ciudad sarda formaban parte activa de la Societat Operària de Mutu Socors, una asociación que no solo ofrecía asistencia médica y apoyo mutuo, sino que también promovía la educación musical. Aprender solfeo y tocar en la banda era parte del compromiso comunitario, y en ese entorno, la barbería se convirtió en espacio de encuentro, resistencia y alegría.

Àngel Maresca es el último heredero de esa costumbre. Desde que comenzó a trabajar a los 7 años para ganarse unas monedas y poder ir al cine, nunca ha dejado de afeitar y cantar. Las bàlzigues, canciones tradicionales algueresas, resuenan todavía entre los espejos de su salón. Con guitarra o mandolina en mano, interpreta melodías que beben del folclore catalán, del lirismo napolitano y del alma coral italiana.

Un barbero entre la historia y la resistencia cultural

L’Alguer es un enclave lingüístico único: una ciudad donde aún se habla una variedad del catalán medieval, fruto de la repoblación que llevó a cabo Pere el Cerimoniós en el siglo XIV. Esta herencia ha resistido siglos de dominación extranjera, pero hoy enfrenta una amenaza más silenciosa: la asimilación cultural.

En este contexto, Maresca no solo es barbero y músico, sino también un activista incansable de la lengua catalana algueresa. Aunque reconoce que cada vez son menos los que la hablan en casa, se aferra a la esperanza de que la enseñanza escolar y el contacto con el resto de los territorios catalanohablantes contribuyan a su supervivencia. En sus palabras y en sus canciones hay un anhelo de conexión, de retrobament, como el que dio nombre a su segundo disco publicado recientemente.

Lo Barber no es una barbería cualquiera. Es un lugar donde el cliente no solo sale peinado, sino emocionado. La experiencia que ofrece Maresca es integral: comienza con la brocha y la navaja, pero puede acabar con una serenata cargada de historia. El corte de cabello se convierte en una ceremonia que conecta generaciones y despierta recuerdos. Sus clientes, en su mayoría mayores, acuden no solo por el servicio, sino por la conversación, por la música, por el alma que se respira en cada rincón del local.

A pesar de estar oficialmente jubilado a sus 81 años de edad, Maresca sigue trabajando cada día, convencido de que el tiempo solo se derrota si uno lo mata cantando. Ni la edad ni el paso del tiempo han podido apagar su deseo de crear, de interpretar, de compartir. En la barbería le acompañan dos jóvenes, pero ninguno ha heredado todavía su afición musical, lo que subraya aún más la singularidad de su figura.

El testimonio de Àngel Maresca es un canto a la resiliencia cultural y al amor por el oficio. Su papel como último barbero cantante de L’Alguer le convierte en un símbolo viviente de una época en la que las barberías eran mucho más que negocios: eran centros de vida social, cultural y afectiva. Mientras en el mundo de la peluquería profesional se habla de innovación tecnológica, sostenibilidad o estrategias de marketing, la historia de Maresca recuerda otra dimensión igual de esencial: la del alma del oficio. Su forma de ejercer la peluquería nos interpela sobre el valor de la tradición, la importancia del contexto local y el poder de la música como herramienta de identidad.

Àngel Maresca representa una figura única dentro del universo profesional de la barbería. Su historia, lejos de ser una anécdota folklórica, es una llamada de atención a los profesionales del sector: preservar el carácter humano, artístico y comunitario del oficio puede ser tan transformador como adoptar las últimas tecnologías.

Visitar Lo Barber no es solo recibir un corte de pelo: es adentrarse en una historia viva, donde cada acorde y cada gesto conservan siglos de memoria. Y mientras haya alguien como Àngel Maresca afinando su guitarra al amanecer, l’Alguer seguirá cantando.

Imagen portada: Instagram @tonicassany

Suscríbete a la Newsletter

Busca

35,147FansMe gusta
273,116SeguidoresSeguir
7,863SeguidoresSeguir
2,690SeguidoresSeguir